Vivimos en un mundo donde cada día buscamos hacernos la vida más fácil con el mínimo esfuerzo posible. Además, en los últimos 20 años nuestro estilo de vida está peligrosamente planificado al sedentarismo. A vivir la vida alrededor de las pantallas y sin levantarte del sofá. Por eso resulta cada vez más difícil buscar una motivación a la hora de hacer deporte y mantener un estilo de vida saludable. Buscar ese motivo que haga cambiar tu rutina es tan complicado cómo el mismo hecho de mantener una buena rutina.
¿Cómo motivarse?
Hay que tener claro que cualquier cambio cuesta. Salir de nuestra zona de confort en muchos casos resulta frustrante. Por eso el mero de hecho de plantearte el cambio ya es un pequeño logro que debes apuntarte a tu favor. Pero esas ganas de cambiar se tienen que plasmar en hechos, sino de nada vale.
Para empezar, pensar en el motivo que te ha llevado al cambio será la primera de tus motivaciones. Puede ser la salud, puede ser la estética, puede ser querer socializar a través del deporte… busca la causa y tendrás tu primer empuje.
Una vez que has buscado la causa, y tienes decidido incorporar el deporte a tu vida, márcate un objetivo sencillo. De lo contrario ni si quiera habrá segundo día. Un ejemplo claro. No pienses en hacer 5 kilómetros corriendo el primer día después de una larga temporada sin hacer nada porque seguramente no los hagas o te suponga un esfuerzo que no te satisfaga. Siempre quédate con ganas de más. Las buenas sensaciones que te provoquen el hacer deporte utilízalas para motivarte al día siguiente. El ejercicio debe ser progresivo porque por encima de todo está tu salud.
Abandona las excusas, siempre vas a encontrar una buena disculpa para no hacer ejercicio. Las más comunes… falta de tiempo, falta de material, estar cansado, preferir ver una película… NO lo pienses tanto y ponte directamente a ello. Seguramente que para empezar encuentras quince minutos al día para hacer ejercicio. Un ejemplo. Si acostumbras a ir al trabajo en moto o en coche (en distancias cortas), comienza por ir andando todos los días. Otro ejemplo. ¿Te gusta el campo o visitar monumentos? Hazlo andando en la medida de lo posible. Adáptate. Al cabo de un mes sin darte cuenta habrás conseguido un buen logro.
Mantén una actitud positiva “ponte medallas” ante cualquier pequeño logro. Porque realmente es. No mires al de al lado cada cuerpo es mundo. SI tienes constancia lo vas a conseguir. Ya sea por estética o por salud te llegarás a sentir mejor. Recuerda: El peor entrenamiento es el que no se hace.
De todas las formas si ves que no eres capaz de buscar una rutina. Pide ayuda de un profesional que te dirija y te acompañe hasta que adquieras los hábitos de forma natural. El gimnasio es buena opción y si verdaderamente estás valorando pásate por nuestras instalaciones que con tus ganas y nuestra experiencia seguro que lograrás dar el cambio que buscas.
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