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AGUJETAS, QUÉ SON Y COMO PREVENIRLAS

Hay dos días al año que todos los usuarios a los gimnasios comparten y son las dos primeras sesiones.

DIA 1: ¡Venga ya está! Me apunté. Empiezo suave, que es el primer día. Un poco de bici, otro rato de elíptica y un mix de ejercicios para ir preparando al cuerpo. Ducha después de sudar y camino a casa teniendo la sensación del deber hecho.

DIA 2: Nos despertamos para ir a trabajar y… ¡SORPRESA!  ¡Qué dolor! ¡No me puedo ni mover! Siento dolor en zonas de mi cuerpo que no sabía ni que tenía. Otra vez las malditas agujetas.

Pero ya que la mayoría conocemos cuales son los síntomas, vamos a saber un poco más de ellas. Para empezar que son y por qué se producen.

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LESIONES VERANIEGAS

Sol, playa, buen tiempo, vacaciones, chiringuito, festivales, fiestas de los pueblos… Todas estas palabras nos trasladan al verano, para muchos la mejor época del año. Y eso se traduce en que tenemos más tiempo libre que en muchas ocasiones lo ocupamos haciendo deporte al aire libre después de un periodo largo (en algunos casos) de inactividad. Y esa inactividad se puede traducir en lesiones que terminen por estropearnos el día como mínimo.

En el post del mes de junio hablamos de una serie de pautas a tener en cuenta si haces deporte en estas fechas. Pues bien, este artículo lo vamos a dedicar a las lesiones musculares “veraniegas” y como prevenirlas para que no se produzcan.

  1. Llegamos a la playa y nos entra el síndrome Mitch Buchannon y sus Vigilantes de la Playa. Nos da por correr (sin la cámara lenta de la serie americana) por la vera del mar descalzos sin tener en cuenta factores como el terreno irregular, la inclinación y el calzado (en este caso ninguno). Pues aquí es donde pueden aparecer las tendinitis, los esguinces de tobillo y rodilla o las fascitis plantares.
    Estas lesiones a la hora de hacer running no son sólo exclusivas de la playa, sino que también se producen fuera de ella, fruto del mal estado de caminos, asfalto u otra superficie o por la mala elección de las zapatillas.
  1. También en la playa hacemos otros deportes como futbol playa, vóley o las tan recurrentes “palas”. En este caso a las lesiones del tronco inferior se suman las de los miembros superiores; en hombros, codos y brazos no pasando de problemas leves, la mayor parte de los casos fruto de la inactividad o falta de costumbre.
  2. La natación. ¡Cómo no! Uno de los deportes estrellas en esta estación por cuestiones evidentes ya sea en la playa o en las piscinas. Aquí las luxaciones de hombro, lesiones lumbares o las sobrecargas son los “inconvenientes” más comunes. 
  3. Cuando llega el calor también montamos más en bici y las caídas son un factor más a tener en cuenta, pudiendo producirse quemaduras, contusiones, luxaciones o incluso traumatismos craneoencefálicos. Por eso es muy recomendable (por no decir obligatorio el uso del casco) 
  4. Otro deporte puede ser la equitación o simplemente montar a caballo. Aquí las lesiones fruto de la práctica suelen ser lumbares por eso es importante calentar esa zona e incluso llegado el caso protegerla. Al igual que en la bici las caídas son un factor de riesgo a tener muy en cuenta.

Para evitar este tipo de lesiones es muy importante conocer los límites de cada uno, tu estado físico, dedicarle tiempo a un calentamiento previo y a los estiramientos posteriores o elegir bien tu equipamiento.

 

Hemos hablado de problemas musculares (principalmente) pero no nos podemos olvidar de la deshidratación y las quemaduras solares. Como hablamos el mes pasado elegir bien las horas e hidratarse antes, durante o después de hacer deporte evitarán sustos mayores.