Termina el verano, el calor (aunque este año no se haya ido del todo) las terrazas, las vacaciones y la playa dice adiós hasta el año que viene. Pero a la vez que decimos hasta luego a la época estival, recibimos a regañadientes (no todos) al otoño, el frio, los días más cortos y sobre todo la monotonía. Un coctel que algunas personas lo llevan de mejor manera y otros de peor forma: la depresión otoñal.
La monotonía producida por una vida dedicada al trabajo, los hijos (en el caso de que los haya) y la casa hace que muchas personas puedan sufrir un bajón emocional que repercuta en la propia vida diaria. Sentirte como un robot que tiene automatizados y programados los movimientos un día tras otro puede llegar a afectar en la parte emocional y física de una persona. Por esa razón es importante que una vez que llegamos al otoño y al invierno busquemos medidas, soluciones o distracciones que eviten caer en la rutina diaria.
Otra de las causas es la falta de horas de sol que según algunos expertos produce cambios hormonales en las personas que se traduce en una serie de consecuencias:
- Mal humor
- Tristeza
- Irritabilidad
- Insomnio
Una vía de escape puede ser el deporte. Marcarte un objetivo para mejorar tu aspecto físico o tu salud es una razón más que suficiente para que de paso abandones esa monotonía. Apuntarte al gimnasio puede ser una buena solución, no hace falta que te machaques con las maquinas puedes participar en clases colectivas donde la música es la protagonista. Todo esto además tiene una razón social. Conocer gente nueva fuera de tu entorno más próximo y poder compartir un rato de ejercicio ayuda a mantener la mente despejada de los problemas diarios.
Además de todos es sabido que uno de los beneficios de hacer ejercicio es que tu cuerpo libere una sustancia que se llama endorfina que es la “culpable” de la felicidad y de bien estar emocional. Igualmente mantener una alimentación adecuada ayuda a nuestro principal objetivo, por eso es recomendable comer alimentos ricos en vitamina del grupo B como los higos o los hongos.
Un estudio reciente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte asegura que 2 de cada 3 españoles (unos 20 millones de personas) no hacen casi ejercicio, más de un millón (70%) en Castilla y León, y 11 millones de españoles, 567.000 de ellos castellanos y leoneses, admiten no practicarlo nunca. Lo más grave es que los niños tampoco se libran ya que 1 de cada 3 padres reconocen que sus hijos no hacen suficiente ejercicio.
Por lo tanto educar a los más jóvenes puede ayudar a que la sociedad cambie los hábitos adquiridos en las últimas décadas y que se conciencien de que el sedentarismo y la monotonía no ayudan ni a la salud física ni mental de las personas.
¿Vosotros que pensáis?